Intuición: Adivinación de las Situaciones Humanas

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En este articulo se examinan algunos principios a usarse en aquellas situaciones en que en su mente se anticipa algún resultado o resultados ligados a la persona o personas con las que interactúa, como algo que repentinamente aparece en nuestra mente consciente y que aparentemente viene como de la nada.

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Nótese que las percepciones intuitivas pueden también referirse no sólo a nuestras relaciones con la gente, sino también respecto de situaciones materiales. En esta ocasión nos referimos únicamente a la intuición referida a las situaciones humanas.

Todos nosotros tenemos esa "voz interna" que, si sabemos hacer buen uso de ella, puede ser de gran ayuda cuando nos comunicamos con gente sin saber todos los hechos objetivos que necesitamos saber de esas personas.

Hay varias definiciones de la intuición. Aquí van algunas: "Conocimiento obtenido sin pensar racionalmente"; "Presentimiento relacionado con experiencias pasadas guardadas en el subconsciente"; "Destellos de pensamientos espontáneos que no parecen relacionarse con hechos ni lógica". Etc.

El célebre psicólogo Carl Jung se refiere a la intuición como una función psicológica esencial como lo son el pensar, los sentimientos y las sensaciones.

El poder adivinatorio de la intuición proviene de nuestra mente subconsciente. En lo que respecta a entender las situaciones humanas, nuestra intuición permite un procesamiento muy rápido de la información parcial o incompleta que percibimos de nuestros interlocutores, la que es chequeada contra la que tenemos guardada en nuestro subconsciente. Esos pedazos de información son las señales del lenguaje verbal y corporal; estas se comparan con los mismos tipos de señales cuyo significado hemos aprendido en el pasado y que nos sirven para predecir la conducta de las personas hacia nosotros. El periodo mas notorio de este aprendizaje, en el cual se acumula esa información, es el de la niñez durante la cual nos relacionamos con nuestros padres, otros familiares y personas que nos rodean. En esa temprana edad nuestra mente se halla libre de prejuicios y otros sistemas de pensamiento que distorsionan el entendimiento objetivo de las situaciones humanas.

Por ejemplo, nuestra intuición puede alertarnos para no confiar en las palabras de alguien. Lo que puede ocurrir en nuestra mente subconsciente es la percepción de las expresiones del rostro, movimiento de las manos, inflexiones de la voz, respiración, y del lenguaje corporal como indicando que esa persona tiene algo en juego y no nos lo ha revelado. Esto puede venir como una conclusión después de procesarse varias impresiones asociadas con la persona que nos habla contra situaciones similares ocurridas con nuestros padres y conocidos durante la infancia y que se reflejaron en sus lenguajes físico y verbal, o también, teniendo como fuente experiencias mas recientes con otras personas.

Si el presentimiento intuitivo que nos alerta aparece sin que se prejuzgue a la persona antes de emerger en la mente, entonces esa premonición debe ser considerada para predecir que puede resultar negativo si ahora se confía en esa persona ahora. De otro modo, ese presentimiento seria mas bien conducente a un entendimiento que muy probablemente se pruebe como errado después de un tiempo.

La situación descrita ocurre en muchas ocasiones en que alguien trata que hagamos algo que bien sabe nosotros no queremos hacer. En otras palabras, esa persona estaría intentando utilizarnos para un propósito que si nos lo fuera dicho no estaríamos dispuestos a apoyar.

Lo que es importante al juzgar un presentimiento es que debe ser repentino, como si nos apareciera por sorpresa. En el caso expuesto, si alguien nos ha dicho que esa persona no es confiable, lo mejor es descartar lo que se presienta a través de las señales del lenguaje físico y verbal de esa persona porque lo mas probable es que lo que presintamos emocionalmente estaría dictado por la mala impresión que ya teníamos de esa persona, no por un proceso mental intuitivo libre de prejuicio para juzgar sus reacciones. En este caso, lo que se imagine de esa persona no le permitirá que el razonamiento intuitivo procese las señales referidas en forma objetiva. Muchas de esas señales serían interpretadas erradamente, mas bien en forma defensiva. En este último caso, el análisis de los hechos suele demostrar ser mucho mas beneficioso que nuestro presentimiento acerca de las intenciones reales de esa persona.

¿Se debe siempre confiar en nuestra intuición? No. A menos que tenga que tomar una decisión rápida, es mejor que deje que con el tiempo se muestre la verdad y para ello puede decidir mas tarde. Y si tiene a la mano datos y hechos objetivos, es mejor que se guíe por esos. El propósito de la intuición es reemplazar lo desconocido, no lo que ya es conocido en su mente.

Desafortunadamente no podemos en cualquier momento ordenarle a nuestra intuición para que nos de esos presentimientos desde lo profundo de nuestra mente. Los presentimientos que realmente son intuitivos surgen espontáneamente cuando ciertas circunstancias se hacen presente. Esto es totalmente valido para adivinar los aspectos ocultos de las situaciones humanas que se nos presentan.

¿Como se pueden comprobar sus presentimientos? Quizás aquí es donde los métodos adivinatorios pueden ser de mucha ayuda porque permiten revelar lo oculto. El Tarot, Astrología y otras herramientas adivinatorias revelan rasgos de carácter en usted y otras personas y los aspectos conscientes y subconsciente que estén influenciando en las situaciones que enfrenta y pueden mostrar los resultados futuros según que decisiones realice. Note que las herramientas adivinatorias ayudan a explorar las situaciones que enfrenta permitiendo adelantar algunas conclusiones.